viernes, 29 de enero de 2016

Garras dos Sentidos
Misia


 La revolución portuguesa llamada "de los claveles" en 1974 echó abajo la dictadura salazarista pero también rompió la implantación del fado. Tal como sucedió en la copla española a la muerte de Franco, el pueblo que deseaba renovación de la vida política y nuevas libertades asoció el fado a un régimen extinto que siempre lo había protegido y promocionado. Las casas de fados quedaron desiertas en muchos casos, bastantes de ellas tuvieron que cerrar. Los jóvenes que rondaban los veinte a treinta años volvieron la espalda al fado hasta el extremo de que la generación nacida entre 1950 y 1955 apenas produce algunos cantantes de relieve.

En este último año (1955) nace Misia en Porto, de padre portugués y madre catalana. Va con ella hasta la ciudad española desde pequeña y contempla, siendo su madre bailarina en "El Molino", todo el ambiente musical heteróclito del Paralelo. Es allí donde adquiere gusto por el fado pero enlazándolo con otras músicas.

A su vuelta a Portugal, muchos años después, no encontrará una buena acogida. Los puristas afirmarán que lo que hace no es fado y los que no lo son le darán la espalda al viejo fado. Como ella afirma:  "Sí. Tuvo una época de cierta desgracia, después de la Revolución de los Claveles y hasta los años noventa. Recuerdo que mi primer disco fue un fracaso comercial, tanto que el segundo tuve que sacarlo por mi cuenta. Esto ha cambiado, pero ha sido un proceso lento. El resurgimiento vino de afuera, con todo esto del auge de la world music. Ahora hay público, hay nuevas voces y se oye por todas partes".

Lentamente y apoyándose en un gran éxito conseguido en España, Francia o Alemania, Misia irá consiguiendo el reconocimiento en su tierra natal. Además de defender el fado tradicional cuando ningún joven lo hacía en Portugal, su mérito reside en abrir las puertas de este género musical hacia otras formas y maneras, incluyendo instrumentos inusuales (como el acordeón), que hicieron de la música portuguesa un género abierto a influencias y, por ello, mejor recibido en otros países.

Aquí la escuchamos en un Fado Menor, quizá el más popular de los fados, junto al Corrido y al de Mouraria. Letra de Augustina Bessa-Luis, apareció en un disco de 1999.


Não quero cantar amores,
Amores são passos perdidos.
São frios raios solares,
Verdes garras dos sentidos.

São cavalos corredores
Com asas de ferro e chumbo,
Caídos nas águas fundas.
Não quero cantar amores.

Paraísos proibidos,
Contentamentos injustos,
Feliz adversidade,
Amores são passos perdidos.

São demência dos olhares,
Alegre festa de pranto.
São furor obediente,
São frios raios solares.

Da má sorte defendidos
Os homens de bom juízo
Têm nas mãos prodigiosas
Verdes garras dos sentidos.
Não quero cantar amores
Nem falar dos seus motivos.



(Pulsar para ver el vídeo)


No quiero cantar amores,
amores son pasos perdidos.
Son fríos rayos solares,
verdes garras de sentidos.

Son caballos corredores
con alas de hierro y plomo,
caídos en aguas hondas,
no quiero cantar amores.

Paraísos prohibidos,
contentamientos injustos,
feliz adversidad,
amores son pasos perdidos.

Son demencia de las miradas,
alegre fiesta de llanto.
Son furor obediente,
son fríos rayos solares.

De mala suerte defendidos,
los hombres de buen juicio
tienen en manos inmensas
verdes garras de sentidos.

No quiero cantar amores
ni hablar de sus motivos.

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