Náufragio
Amalia Rodrigues
Grande es un país que sabe honrar a sus poetas porque la poesía nace de una fuente, de una inspiración, que es la vida y el sentimiento y la pasión, algo imposible de cuantificar y de prever. Y aunque no responda a planificación alguna sabe llegar al fondo de nuestro interior, pulsando una cuerda a veces olvidada.
Cuando murió Cecilia Meireles en 1964 se la recordó con honores públicos. Detrás quedaba una vida dedicada a la poesía pero también a la literatura infantil y el periodismo. Una vida que conoció un primer matrimonio con un pintor portugués cuando apenas tenía 21 años. Catorce después, su marido se suicidó dejándola con tres hijas pequeñas. Volvería a casarse cinco años más tarde, en 1940.
Con Manuel Bandeira y Carlos Drummond de Andrade lideraría la nueva corriente de la vanguardia modernista en poesía, sin desprenderse nunca de ese profundo toque de humanidad y sentimiento interior que se desprende de su poesía. El fado "Náufragio" está cantado por la gran Amália Rodrigues que, por razones que no conozco, eliminó el último cuarteto de la poesía original. Aquí se incluye.
Pus o meu sonho num
navio
e o navio em cima do
mar;
– depois, abri o mar
com as mãos,
para o meu sonho
naufragar.
Minhas mãos ainda
estão molhadas
do azul das ondas
entreabertas,
e a cor que escorre
de meus dedos
colore as areias
desertas.
O vento vem vindo de
longe,
a noite se curva de
frio;
debaixo da água vai
morrendo
meu sonho, dentro de
um navio…
Chorarei quanto for
preciso,
para fazer com que o
mar cresça,
e meu navio chegue ao
fundo
e meu sonho
desapareça.
Depois, tudo estará
perfeito;
praia lisa, águas
ordenadas,
meus olhos secos como
pedras
e as minhas duas mãos
quebradas.
(Pulsar para ver el
vídeo)
Puse mi sueño en un
navío,
y el navío sobre el
mar;
después, abrí el mar
con mis dos manos
y lo hice naufragar.
Mis manos están mojadas
de azul y olas
entreabiertas;
y el color fluye de
mis dedos
tiñe las arenas desiertas.
El viento vino de
lejos,
la noche se curva de
frío;
debajo del agua va
muriendo mi sueño,
va muriendo dentro de
un navío…
Lloraré lo necesario
para hacer que la mar
crezca,
y mi navío llegue al
fondo,
y mi sueño
desaparezca.
Luego ya todo será perfecto:
playa lisa, lisas
aguas.
Mis ojos secos como
piedras,
y mis dos manos
quebradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario