lunes, 19 de diciembre de 2016

Perseguiçao

María Alice


Gloria Mendes nació en Paiăo en 1904 aunque siempre gustó de decir que era de Figueira da Foz. A los 14 años se fue de casa a Lisboa y en compañía del abogado Bernardino Morais, con quien habría de tener dos hijos con el tiempo.

Gustosa del ambiente fadista conocería a Adelina Fernandes que, junto a María do Carmo, la introducirían actuando por primera en el teatro en agosto de 1928. Desde el comienzo de su carrera se haría llamar María Alice, nombre con el que cosecharía éxitos tanto en su tierra como en Brasil. Tres años después cantaba en el Coliseo de Coimbra junto a Leonor Fialho.

A lo largo de los años treinta integraría la compañía de José Loueiro viajando de nuevo hasta Brasil, donde alcanzaría un premio a la mejor cantante en un concurso de Río de Janeiro. De aquella época es su famoso fado Perseguiçao sobre el amor de una mujer casada que rechaza los avances de un señorito y que Amalia Rodrigues interpretará algún tiempo después.

En la década de los cuarenta alcanzaría sus más sonados éxitos dentro de otra compañía llegando a casarse con Valentim de Carvalho y, tras adoptar su apellido, retirarse de la escena. Sus últimos años, tras enviudar, fueron algo solitarios concluyendo su prolongada vida en 1996 en la residencia de La Orquídea Roja. 


Se de mim, nada consegues,
Não sei por que me persegues
Constantemente na rua!
Sabes bem que sou casada
Que fui sempre dedicada
E que não posso ser tua!

Lá por que és rico e elegante,
Queres que eu seja a tua amante,
Por capricho ou presunção?
Ah, eu tenho o marido pobre
Que tem uma alma nobre,
E é toda a minha paixão!

Rasguei as cartas sem ler,
Nem nunca quis receber
Jóias ou flores que trouxesses!
Não me vendo, nem me dou,
Pois já dei tudo o que sou
Com o amor que não conheces!


(Pulsar para ver el vídeo)


De mí nada consigues, 
¡No sé por qué me persigues 
Constantemente por la calle! 
Sabes que estoy casada 
Que me dediqué siempre 
¡Y que no puedo ser tuya! 

Porque eres rico y elegante, 
Quieres que sea tu amante, 
¿Por capricho o presunción? 
Oh, tengo un marido pobre 
Que tiene un alma noble, 
¡Y toda mi pasión! 

Rompí las cartas sin leer, 
¡Nunca quise recibir 
Joyas o flores para llevar! 
No me vendo, no me doy
Pues todo lo que soy
¡Con un amor que no conoces!

No hay comentarios:

Publicar un comentario