Ai se os meus olhos falassem
Tristao da Silva
Manuel Augusto Martins Tristão da Silva nació en el barrio de Penha, en Lisboa en 1927. Cantó desde que era pequeño hasta el extremo de que en 1937, contando solo 9 años, fue contratado por el empresario José Miguel para actuar los domingos por la mañana en el café Mondego. Terminada la instrucción primaria se dedicó a varios oficios sin olvidar su afición a cantar, primero en sociedades recreativas y luego en casas de fados.
Con 22 años, una vez terminado el servicio militar, realizó su primera grabación. En 1954 grabó dos éxitos que le llevaron a la fama: “Nem às Paredes Confesso”, de Max y Artur Ribeiro, y “Maria Morena”, con letra de Radamanto y música de Casimiro Ramos.
Ello le permitió ser contratado por la Emisora Nacional y salir al extranjero, particularmente a España y el África portuguesa. En 1960 lo haría a Brasil, donde permanecería cuatro años actuando en radio y televisión, así como en varias casas de fados en Río de Janeiro y Sao Paulo.
A su regreso a Portugal es contratado para actuar en la revista "Férias em Lisboa" al tiempo que pasa por las más populares casas de fados (O Faia, A Tipóia, A Parreirinha de Alfama, o Forcado y O Luso). Murió en 1978.
Quanto mais quero esquecê-la, vejam lá
Tanto mais me lembro dela, por meu mal
Eu não sei viver sem ela, passo lá, rente á janela
Sem ver dela nem sinal
Se a encontro por acaso, como é bom
Mas passamos adiante, sem olhar
Por orgulho, quando passo, eu até apresso o passo
Mas depois volto a passar
Ai se os meus olhos falassem, contavam
Quantas saudades eu tenho de ti
Ando morto por te ver
Vejo-te só a correr
P'ra não ver que te perdi
Ai se os meus olhos falassem, amor
Sabias quem te quer bem
Ai se os meus olhos falassem
Talvez a ti te contassem
O que eu não conto a ninguém
Agora mudou de rua, vejam lá
Tem uma casa mais alta, que estadão
Agora nem parece ela, a rapariga singela
Que eu via no rés do chão
Mudou tanto, tanto, tanto, podem crer
Como do dia p'ra noite, tal e qual
Agora tudo o que resta dessa rapariga honesta
É este amor sempre igual
(Pulsar para ver el vídeo)
Cuanto más quiero olvidarla, miren allí
Tanto más me acuerdo de ella, para mi mal
No sé vivir sin ella, paso por allí, cerca de la ventana
Sin ver ni señal de ella
Si acaso la encuentro, qué bueno es
Pero pasamos adelante, sin mirar
Por orgullo, cuando camino, yo hasta apresuro el paso
Pero después vuelvo a pasar
¡Ay si mis ojos hablasen!, contarían
Cuánta nostalgia tengo de ti
Ando muerto por verte
Te veo solo corriendo
Para no ver que te perdí
¡Ay si mis ojos hablasen!, amor
Sabrías quien te quiere bien
¡Ay si mis ojos hablasen!
Tal vez te contasen
Lo que yo no cuento a nadie
Ahora cambió de calle, miren allí
Tiene una casa más alta, qué lujo
Ahora no parece ella, la chica sencilla
Que veía a ras de suelo
Ha cambiado tanto, tanto, tanto, créanme
Como el día y la noche, tal cual
Ahora todo lo que queda de esa chica honesta
Es este amor siempre igual
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