jueves, 14 de enero de 2016

Sotão de Amendoeira
Fernando Mauricio


Hay muchas clases de fados aunque no una clasificación estricta y sistemática. En ocasiones se sigue el mismo tipo de versificación, como vimos con el Fado Triplicado, o bien la música compuesta en fados anteriores que quedan como un modelo a seguir, tal como sucedía en el Fado Cravo de Marceneiro. Lo que en dos sucesivas entradas traemos es precisamente uno de estos últimos: el Fado Marcha Raúl Pinto, que fue autor de la música.
Uno de los ejemplos señeros de esta forma musical es la canción "Sotão de Amendoeira", tal como la cantó Fernando Mauricio. La autoría es de un importante letrista llamado Carlos Conde (1901-1981), compositor de otras obras clásicas como "Não Passes com Ela à Minha Rua", "Fado da Bica" o "Feira da Ladra". Son canciones caracterizadas por la nostalgia de un tiempo pasado, de una felicidad fugitiva. 
La voz es de un hombre que debió ser entrañable en las casas de fados. Fernando Mauricio (1933-2003), nacido en el barrio lisboeta de A Mouraria, las frecuentó desde muy tierna edad, cantó en ellas cuando jovencito alternándolas con su oficio de zapatero y se haría profesional en el Café Luso, O Faia y en el Adega Machado. Aunque actuó en radio y realizó grabaciones, su espacio favorito eran las casas de fados en su barrio y los amigos que tuvo toda su vida.

Naquele típico sotão
Sob as telhas mais antigas
Da Rua da Amendoeira
Inda há traços que denotam
O sabor dado às cantigas
Pla Matilde cantadeira

Airosa mas inconstante
A Matilde dava ao Fado
A graça de outros estilos
No velho café cantante
Que ficava mesmo ao lado
Da Estalagem dos Camilos

No sotão esconso e sujo
Três sombras de porte ufano
Espreitam a Mouraria
As lágrimas de um marujo
Os ciúmes de um cigano
E os remorsos de um rufia

Senti presos os meus pés
Mas desviei o caminho
E quedei-me ali à beira
Só para ver outra vez
Aquele sotão velhinho
Da rua da Amendoeira



(Pulsar para ver el vídeo)


En aquella típica buhardilla
Bajo las tejas más antiguas
De la calle de Amendoeira
Aún hay huellas que denotan
El sabor dado a las canciones
Por Matilde la cantante

Airosa pero inconstante
Matilde daba al fado
La gracia de otros estilos
En el antiguo café cantante
Que estaba justo al lado
Del Albergue de los Camilos

En la buhardilla oculta y sucia
Tres sombras de porte ufano
Vigilan la Mouraria
Las lágrimas de un marinero
Los celos de un gitano
Y los remordimientos de un rufián

Sentí atrapados mis pies
Pero desvié el camino
Y me quedé allí al lado
Sólo para ver otra vez
Aquella vieja buhardilla
De la calle de Amendoeira

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