Mar português
Hélder Moutinho
El último fado trataba de los pescadores portugueses, su figura y carácter. El mar, como decíamos entonces, ha sido una constante en la vida del país, sobre todo en el tiempo de los descubrimientos que inauguran el mundo moderno: D. Henrique, Fernando de Magallanes, Vasco de Gama, entre otros, abrirán vías desconocidas hasta entonces.
En 1934 uno de los más grandes poetas portugueses, Fernando Pessoa, publicó un libro que contenía un canto al mar de aquellos conquistadores, ese océano que les haría grandes y al tiempo dejaría una estela de dolor y pérdida. Pessoa, que había vuelto a los 17 años de pasar infancia y juventud en África del Sur, se dedicó en Portugal a la traducción comercial en inglés y francés, idiomas que dominaba. Al tiempo se fue introduciendo en la poesía editando algunos poemas y abriendo la literatura portuguesa a las vanguardias.
Ó mar salgado, quanto
do teu sal
São lágrimas de
Portugal!
Por te cruzarmos,
quantas mães choraram,
Quantos filhos em vão
rezaram!
Quantas noivas
ficaram por casar
Para que fosses
nosso, ó mar!
Valeu a pena? Tudo
vale a pena
Se a alma não é
pequena.
Quem quere passar
além do Bojador
Tem que passar além
da dor.
Deus ao mar o perigo
e o abismo deu,
Mas nele é que
espelhou o céu.
(Pulsar para ver el
vídeo)
¡Oh mar salado, cuánto
de tu sal
Son lágrimas de
Portugal!
Por cruzarte, cuántas
madres lloraron,
¡Cuántos niños en
vano rezaron!
Cuántas novias
quedaron sin casar
¡Para que fueses
nuestro, oh mar!
¿Valió la pena? Todo
vale la pena
Si el alma no es
pequeña.
Quien quiere pasar
más allá del Bojador
Tiene que pasar más
allá del dolor.
Dios al mar dio
peligro y abismo,
Pero en él se reflejó
el cielo.
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