miércoles, 17 de febrero de 2016

Mar português

Hélder Moutinho


El último fado trataba de los pescadores portugueses, su figura y carácter. El mar, como decíamos entonces, ha sido una constante en la vida del país, sobre todo en el tiempo de los descubrimientos que inauguran el mundo moderno: D. Henrique, Fernando de Magallanes, Vasco de Gama, entre otros, abrirán vías desconocidas hasta entonces.

En 1934 uno de los más grandes poetas portugueses, Fernando Pessoa, publicó un libro que contenía un canto al mar de aquellos conquistadores, ese océano que les haría grandes y al tiempo dejaría una estela de dolor y pérdida. Pessoa, que había vuelto a los 17 años de pasar infancia y juventud en África del Sur, se dedicó en Portugal a la traducción comercial en inglés y francés, idiomas que dominaba. Al tiempo se fue introduciendo en la poesía editando algunos poemas y abriendo la literatura portuguesa a las vanguardias.

Ó mar salgado, quanto do teu sal
São lágrimas de Portugal!
Por te cruzarmos, quantas mães choraram,
Quantos filhos em vão rezaram!

Quantas noivas ficaram por casar
Para que fosses nosso, ó mar!
Valeu a pena? Tudo vale a pena
Se a alma não é pequena.

Quem quere passar além do Bojador
Tem que passar além da dor.
Deus ao mar o perigo e o abismo deu,
Mas nele é que espelhou o céu.



(Pulsar para ver el vídeo)


¡Oh mar salado, cuánto de tu sal
Son lágrimas de Portugal!
Por cruzarte, cuántas madres lloraron,
¡Cuántos niños en vano rezaron!

Cuántas novias quedaron sin casar
¡Para que fueses nuestro, oh mar!
¿Valió la pena? Todo vale la pena
Si el alma no es pequeña.

Quien quiere pasar más allá del Bojador
Tiene que pasar más allá del dolor.
Dios al mar dio peligro y abismo,
Pero en él se reflejó el cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario