sábado, 26 de noviembre de 2016

Dos fados desiguais

Música de Julio Proença

Canta Sandra Correia


El caso de Julio Proença es el de un muchacho nacido en 1901 dentro de un ambiente fadista, tanto por el barrio donde vio la luz (la Mouraria lisboeta) como por sus familiares, empezando por su madre Amélia da Conceiçăo Proença, hasta su tío el cantante António Lado. Fue éste el que le hizo cantar a su lado cuando solo contaba 16 años hasta conseguir su profesionalización en 1929, cuando participó junto a otra joven (Adelina Gonzales) en la opereta “Mouraria”. A partir de ese momento estuvo presente en numerosas obras de variedades, así como en cafés cantantes, siendo uno de los primeros fadistas en acudir a emisoras de radio, algo que le hizo popular.

En los años cuarenta formó parte del conocido espectáculo “Madre de Portugal” junto a Ercília Costa y Márcia Condessa, que tuvo lugar en el Coliseo de Porto. Sucedido en 1944 dos años después marchó a Mozambique donde fijó su residencia hasta su fallecimiento. Hoy es recordado principalmente por haber musicado numerosas letras de fados, como la que se ofrece en la versión actual de Sandra Correia.


Não peças mais o fado que cantei
No momento dessa hora em que te vi
Depois disso quanta lagrima chorei
Sem ter nada, sem ter Deus e, amor, sem ti

Do poema que cantei e que era meu
Que falava dum amor que andava ausente
Tu disseste que era igual ao fado teu
E por isso era dos dois, eternamente

Não peças, meu amor, mais esse fado,
Que foi dantes, não agora, nem depois
Deixa os versos descansar nesse passado
O passado que existiu entre nos dois

Não peças pra voltar ao tempo antigo
Nessa casa, nessa noite de ternura
Onde ainda eu te vejo a sòs comigo
Nessa mesa iluminada de loucura


(Pulsar para ver el vídeo)


No pidas más el fado que canté
En el momento de esa hora en que te vi
Después de eso cuántas lágrimas lloré
Sin nada, sin Dios y, amor, sin ti

Del poema que canté y que era mío
Que hablaba de un amor que estaba ausente
Dijiste que era igual que un fado tuyo
Y por eso era de los dos, eternamente

No pidas, mi amor, más ese fado,
Que fue antes, no ahora, ni después
Deja a los versos descansar en ese pasado
El pasado que existió entre los dos

No pidas para volver a los viejos tiempos
En esa casa, en esa noche de ternura
Donde todavía te veo a solas conmigo
En esa mesa iluminada por la locura

No hay comentarios:

Publicar un comentario