viernes, 18 de noviembre de 2016

Fado do Alentejo

Antonio Menano



Nacido en 1895 en las faldas de la Sierra de la Estrella de una familia de 12 hermanos, Antonio Menano fue el más importante sucesor del bohemio Hilario como cantor de fados en Coimbra. Esta ciudad sería la segunda cuna del fado en Portugal a partir de la alegre vida universitaria llena de romanticismo, serenatas e ilusiones juveniles. A ella se uniría junto a varios de sus hermanos, constituyéndose todos ellos en un grupo de artistas imprescindibles en cualquier celebración.

En todas ellas destacaba con su aguda voz de tenor, sobre todo desde 1915, cuando canta un fado ante la Asociación Académica de Coimbra. En este mismo año publica los primeros fados de los que es autor, parecidos al “Fado de Alentejo”. Cuando en 1923, presidiendo el Orfeón y dedicado en gran medida a la música, viaja a España, actúa frente a los reyes en Madrid alcanzando un resonante éxito. En esta ocasión, como en otras anteriores, le acompañarán a la guitarra Paulo de Sá y su hermano Alberto Menano.

Poco después termina finalmente la carrera de Medicina y ejerce en Fornos de Algodres, tierra natal de la familia Menano. Pese a ello sigue ligado a la vida académica y musical de Coimbra. De hecho, entre los años 1927 y 1929 graba para Odeon en París diversas canciones llevando a su culmen la conocida “Década de Oro” del fado de Coimbra. Su música suele ser alegre, como es propio del mundo universitario de serenatas, algo a lo que se presta su voz aguda. 

En 1933 interrumpe su forma de vida para trasladarse a Mozambique donde trabajará como médico hasta su regreso en 1961. Pocos años antes (en 1956), ya sexagenario, saldrá de su retiro musical para protagonizar un exitoso recital en Lisboa. Vuelto a Coimbra, participará en algunos eventos hasta su muerte en 1969.


Maria, teu lindo nome
(Ai) Para as bocas sequiosas!
-Maria!... disse e ficou-me
A boca a saber a rosas.

Maria, quero-te tanto
(Ai) Que só te peço que um dia,
Quando tu souberes o quanto,
Me queiras tanto, Maria!

Quem ama liga-se à terra,
(Ai) Quem canta, ao reino dos céus;
Quem pára que Deus o salve,
Quem anda que vá com Deus.


(Pulsar para ver el vídeo)


María, tu hermoso nombre
¡Ay! ¡Para las bocas sedientas!
-¡María! ... dije y me quedó
La boca sabiendo a rosas.

María, te quiero que tanto
¡Ay!, que sólo te pido que un día,
Cuando tú supieras cuánto,
¡Me quieras tanto, María!

Quien ama se liga a la tierra,
¡Ay! Quien canta, al reino de los cielos;
Quién aguarda que Dios le salve,
Quién camina va con Dios.

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